¿Qué es la ansiedad?
Según la definición del DSM – IV, la ansiedad es una anticipación aprensiva de un peligro o desgracia futuro acompañada de un sentimiento de malestar o síntomas somáticos de tensión. En la ansiedad existen dos componentes esenciales, por un lado la amenaza real o imaginaria, la situación que no sabemos cómo resolver o cuál será su desenlace; y, por otro lado, el malestar o los síntomas fisiológicos que lo acompañan resultado de la activación del sistema nervioso simpático.
También es importante distinguir la ansiedad del miedo, que en el miedo se observaría un peligro presente mientras que la ansiedad sería la consecuencia de una anticipación a un peligro futuro.
Tipos de Trastornos de ansiedad
- Ataques de pánico (crisis de ansiedad, crisis de angustia) sin agorafobia
- Ataques de pánico con agorafobiaAgorafobia sin ataques de pánico
- Fobia específica
- Fobia social
- Trastorno de ansiedad generalizada
- Trastorno por estrés agudo
- Trastorno por estrés postraumático
- Trastorno obsesivo compulsivo
- Trastorno de ansiedad debido a enfermedad médica
- Trastorno de ansiedad inducido por sustancias
Tratamiento
Si no se tratan, los trastornos de ansiedad pueden tener consecuencias graves. Por ejemplo, algunas personas que tienen ataques de pánico recurrentes evitan a toda costa ponerse en situaciones que temen podrían desencadenar un ataque. Esta conducta evasiva puede crear problemas si está en conflicto con requisitos del trabajo, obligaciones familiares u otras actividades básicas de la vida diaria.
Varias investigaciones han demostrado que tanto la terapia breve estratégcia y el EMDR pueden ser muy eficaces para tratar los trastornos de ansiedad. La terapia breve se usa para ayudar a los pacientes a identificar y aprender a controlar los factores que contribuyen a su ansiedad.
La terapia de conducta implica usar técnicas para reducir o detener las conductas no deseadas asociadas con estos trastornos. Por ejemplo, una táctica implica tratar a los pacientes con técnicas de relajación y respiración profunda para contrarrestar la agitación y la hiperventilación (respiración rápida y superficial) que acompañan a determinados trastornos de ansiedad.
A través de la terapia cognitiva, los pacientes aprenden a entender cómo sus pensamientos contribuyen a los síntomas o trastornos de ansiedad y cómo modificar aquellos patrones para reducir la probabilidad de ocurrencia y la intensidad de la reacción. La conciencia cognitiva aumentada del paciente se combina a menudo con técnicas conductuales para ayudar a la persona a enfrentar y tolerar gradualmente situaciones de temor en un entorno controlado y seguro.
Con la psicoterapia muchas personas notan progresos en la eliminación de síntomas y la recuperación de su capacidad de funcionar al cabo de unas cuantas sesiones de tratamiento. Es muy importante entender que los tratamientos para los trastornos de ansiedad no surten efecto al instante. El paciente debe sentirse cómodo desde el principio con el tratamiento general propuesto y con el terapeuta con el que está trabajando. La cooperación del paciente es fundamental, y debe haber una fuerte sensación de que el paciente y el terapeuta están colaborando como un equipo para remediar el trastorno de ansiedad.
Ningún plan da buenos resultados con todos los pacientes. El tratamiento debe adaptarse a las necesidades del paciente y al tipo de trastorno, o trastornos, que tiene. El terapeuta y el paciente deben trabajar juntos para evaluar si el plan de tratamiento está bien encaminado.